CITAS: LA SOMBRA DEL VIENTO

CITAS :

Hoy os traigo otra entrada sobre citas.

Esta semana va sobre un libro que me sorprendió muchísimo.

No había leído nada sobre Carlos Ruiz Zafón.

Me adentré en La sombre del viento y me encantó. 

(la reseña estará próximamente)

Lo mejor de este libro es la pluma del escritor y como no, 

aquí os traigo las mejores citas de este fantástico libro.

• Querido Daniel, cuanto antes usted se de cuenta de esto, mejor: Nada en esta cochina vida vale dos duros si no tienes alguien con quien compartirlo.

• ¿Sabe el loco que está loco? ¿O los locos son los demás, que se empeñan en convencerle de su sinrazón para salvaguardar su existencia de quimeras?.

• Conserva tus sueños, nunca sabes cuando te harán falta.

• La televisión amigo Daniel, es el Anticristo y le digo yo que bastarán tres o cuatro generaciones para que la gente ya no sepa tirarse pedos por su cuenta y el ser humano vuelva a la caverna, a la barbarie medieval, y a estados de imbecilidad que ya superó la babosa allá por el pleistoceno. Este mundo no se morirá de una bomba atómica como dicen los diarios, se morirá de risa, de banalidad, haciendo un chiste de todo, y además un chiste malo.

• Si nadie se acuerda de ti, no existes.

• Lo difícil no es ganar dinero sin más -se lamentaba-. Lo difícil es ganarlo haciendo algo a lo que valga la pena dedicarle la vida.

• Un secreto vale lo que aquellos de quienes tenemos que guardarlo

• Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro.

• El hombre más sabio que jamás conocí, Fermín Romero de Torres, me había explicado en una ocasión que no existía en la vida experiencia comparable a la de la primera vez en que uno desnuda a una mujer. Sabio como era, no me había mentido, pero tampoco me había contado toda la verdad. Nada me había dicho de aquel extraño tembleque de manos que convertía cada botón, cada cremallera, en tarea de titanes. Nada me había dicho de aquel embrujo de piel pálida y temblorosa, de aquel primer roce de labios ni de aquel espejismo que parecía arder en cada poro de la piel. Nada me contó de todo aquello porque sabía que el milagro sólo sucedía una vez y que, al hacerlo, hablaba un lenguaje de secretos que, apenas se desvelaban, huían para siempre. Mil veces he querido recuperar aquella primera tarde [...]