PELÍCULA: UN MONSTRUO VIENE A VERME

RESEÑA PELÍCULA:

UN MONSTRUO VIENE 

A VERME

Título original: Un monstruo viene a verme
Año: 2016
Duración: 108 min.
País: España 
Director: J.A. Bayona
Guión: Patrick Ness 

SINOPSIS:

Tras la separación de sus padres, Connor (Lewis MacDougall), un chico de 12 años, tendrá que ocuparse de llevar las riendas de la casa, pues su madre (Felicity Jones) está enferma de cáncer. Así las cosas, el niño intentará superar sus miedos y fobias con la ayuda de un monstruo (Liam Neeson), pero sus fantasías tendrán que enfrentarse no sólo con la realidad, sino con su fría y calculadora abuela (Sigourney Weaver). Con este nuevo trabajo J.A. Bayona cierra su trilogía sobre las relaciones maternofiliales, que inició con "El orfanato" y continuó con "Lo imposible". (FILMAFFINITY)

OPINIÓN PERSONAL:

Un monstruo viene a verme es una película preciosa, emotiva, reflexiva y muy, pero que muy, dramática -quizás en exceso-. Sí que es verdad que al final queda un mensaje positivo, pero lo que destaca de la película es el carácter lacrimógeno que tiene. Si os animáis a ver la película, coged pañuelos.

Creo que lo más interesante de esta obra es el no saber a lo que te enfrentas, es decir, de qué trata realmente. Al ver el trailer se te crea una pequeña idea, pero hasta que no la ves no aprecias, de verdad, toda la trama y todo lo que esconde tras la pantalla. Lo mismo pasa con la obra literaria.

Porque, a decir verdad, es mucho más que un libro. Es como la vida misma.

Por esta razón, no voy a explicar de qué va la trama. Averiguadla. Descrubridla y emocionaros, al igual que he hecho yo, han hecho mis amigos y todas las personas que la han visto.

Hace un año leí la obra literaria. La recuerdo bastante bien, pero no recuerdo haber llorado tanto con el libro. Creo que en la gran pantalla han explota el recurso de la pena para así conquistar al espectador.

En el libro se deja todo mucho más abierto y es todo más reflexivo.

Hay muchos aspectos a destacar; en especial la imagen, los colores y la estética. Todo está rodeado de una penumbra muy acorde con la trama. El director nos conquista con las animaciones de los cuentos, volviendo esas partes en nuestras favoritas. Esos cuentos tienen unos colores, una luz y unos efectos que son dignos de recordad y, para mí, lo mejor de toda la película. Por no resaltar el gran mensaje que dejan.

Las actuaciones de los protagonistas están bien. No destacan pero tampoco dejan que desear. Si nos centramos en nuestro protagonista, un niño de 12 años, demasiado mayor para su edad llamado Connor, habría que decir que lo hace muy bien. Sabe como actuar en qué determinada situación y eso hace que empatices con él. Su actuación no te saca de la trama y te mantiene en un clímax dramático.

Si no hubiese sido por el exceso de drama, esta película sería una de mis favoritas. El director me encanta, los actores también me han gustado mucho y las pequeñas animaciones me han parecido geniales. Sin embargo, en el cine se disfruta y se llora, no solo se hace lo segundo...